Una de las pasiones de Joseph Mallord William Turner fueron sus viajes por Europa, que sirvieron de estímulo a su arte. De ellos surgieron cientos de bocetos y acuarelas. Dedicó al Sena siete de los diez viajes que realizó a Europa entre 1802 y 1832. El Sena se convirtió así en una fértil fuente de inspiración para William Turner. Sin embargo, también realizó sus vistas del Sena en respuesta a encargos para libros turísticos y folletos de viajes.
Turner rara vez pintaba «a partir del motivo», a diferencia de los impresionistas. De hecho, prefería recomponer los matices de los paisajes en el estudio, ayudado por su memoria cromática.
William Turner pintó su cuadro Vista del castillo de Saint-Germain-en-Laye, hacia 1829/1830. Incorpora un puente que ya había sido destruido en aquella época. En efecto, este puente habría desaparecido en 1830 y luego habría sido reconstruido entre 1832 y 1835. Por lo tanto, Turner lo habría reintegrado en su decorado gracias a bocetos realizados durante uno de sus últimos viajes.
En su obra evoca también la mano de obra de la época, que nace con la llegada del tren y la actividad portuaria. Las ilustra con la descarga de mercancías por los hombres en tierra y las lavanderas que bullen en primer plano.
Las mujeres en el puerto.