El pueblo de Marly-le-Roi fue también un lugar de inspiración para los pintores impresionistas. Especialmente Alfred Sisley, que vivió en 4 avenue de l’Abreuvoir de 1875 a 1878. O Marie Cassatt, que se alojó allí de julio a octubre de 1880, en una casa con vistas al mismo Abreuvoir.
Alfred Sisley en Marly-le-Roi
Durante su larga estancia en Louveciennes y Marly, Alfred Sisley (1839-1899) pintó numerosos cuadros. Representan principalmente paisajes en la nieve, ya que le interesa todo lo que juega con la luz. Los mismos temas se repiten con frecuencia: el Abreuvoir, los caminos que retroceden, las orillas del Sena y la Machine de Marly. Las inundaciones de la cercana Port-Marly en 1876 le proporcionaron un tema ideal del que extrajo efectos de superficies brillantes y cielos barridos por el viento.
Una de sus obras más singulares, es La fragua de Marly-le-Roi. En el número 48 de la Grande Rue, este paisajista por excelencia capta la atmósfera íntima que emana de esta escena interior. En efecto, la fragua y la actividad humana que en ella tiene lugar, están sublimadas por la iluminación procedente tanto de una ventana polvorienta, uno de cuyos cristales está condenado, como del fuego resplandeciente de la fragua.
Mary Cassatt en Marly-le-Roi
Como ya se ha mencionado, Mary Cassatt también estuvo presente en Marly durante los mismos años.
El arte de Mary Cassatt (1844-1926) dependía tanto de Manet como de Degas en su apertura a una modernidad que ella lograba a través de su elección de temas, que eran los de sus amigos y maestros. Le gustaba representar escenas de la vida cotidiana de sus amigos y familiares, en ambientes propicios para la relajación y el ocio. A menudo las pinta desde una perspectiva elevada, invitando así al espectador a su intimidad.
El pueblo de Marly-le-Roi, sigue haciéndonos vivir sus momentos de relajación, sus momentos de convivencia en un marco casi inalterado.